Por un momento imagínate que vas a salir de viaje. Piensa que estas sentado frente a tu computadora buscando un hospedaje en tu ciudad destino. Tus alternativas son muchas, al menos unas treinta.
Difícil verdad? Son muchos los aspectos a considerar y el precio no lo es todo.
Las fotos llaman mucho la atención, son tan importantes como la descripción del lugar, pero la ubicación juega un papel fundamental porque de nada te sirve hospedarte en un gran lugar fuera de la ciudad si lo que buscas es vivir al máximo las atracciones de la misma.
Esto puede ser un ejercicio de muchas horas y antes de que tomes una decisión casi te puedo asegurar que un factor crítico para ti será leer los comentarios de la gente que se quedó ahí y ver el #ranking que tiene el lugar.
Como a la gente no le pagan por comentar se siente en absoluta libertad de expresar lo bueno y lo malo que encontró.
Ahora te pido que cambies de papel, ahora tu eres el que va a #rentar un lugar.
¿Te has puesto a pensar como agregas valor a la estancia de tu huésped? Valor es ese elemento invisible que sin embargo cuando el cliente lo percibe lo traduce y cito a continuación un texto tomado de una reseña:
“El apartamento está muy lindo, hermosa decoración súper mexicana y colorida, la ubicación más que excelente! El apartamento tiene todo lo que menciona y es idéntico a como se muestra en las fotos, los #host súper atentos y al pendiente a toda hora, muy amables y detallistas, al llegar nos dejaron unos chocolates y unas cervezas! Fantástico todo!”
Aquí lo que yo leo entre líneas es una tonelada de valor agregado, sin más. Y por supuesto que todos reservaríamos después de leer una reseña así y más aún si la que sigue se lee igual, y la que sigue igual como si la gente estuviera escribiéndolas con una sonrisa de oreja a oreja.
Podemos estar seguros que ese #host sabe cuál es su negocio y de manera innata o calculada pensó en términos de valor. Pensó en cuidar cada detalle de manera que la gente estuviera dispuesta a pagar el doble pero en realidad se le cobró la mitad.
En mi paso por este negocio me he dado cuenta que la gente aprecia especialmente las siguientes cosas:
Que estés siempre disponible en tus medios de contacto, que respondas a las llamadas y que los hagas sentir seguros de quien es su #host y que el contacto será inmediato en caso de requerirlo.
La consistencia entre lo que se percibe a través de las fotos y la realidad del lugar, no trates de esconder algún desperfecto no mostrándolo en las fotos, si lo tienes lo mejor será que lo resuelvas y describas el lugar tal cual es. Si no tiene arreglo como puede ser el ruido de la calle lo puedes decir así “Estamos ubicados en una avenida con mucha vida sin embargo las ventanas tienen doble cristal”. La honestidad paga.
Que tengas algún detalle que sorprenda. Algunas ideas: menú de almohadas, una cafetera automática con dos cápsulas para el día siguiente, fruta fresca (dos manzanas o dos plátanos) son inversiones pequeñas que el huésped agradece, reconoce y reseña.
Verás que una vez que hayas terminado tu ejercicio de cómo le vas a agregar valor a la estancia de tu huésped tendrás muy clara la respuesta a ¿por qué te elegirían a ti?